Vivo en un lugar donde la gente escucha la música fuerte, donde la mayoría no le importa lo que pensaba Marx, donde la gente se levanta temprano y llega tarde a sus casas. Acá la gente es muy diferente, hay de todo. Por un lado siento que vivo en un lugar donde la gente es trabajadora y donde el sacrificio vale mucho, por otro lado, vivo en un lugar donde un padre se compra un iphone y su hijo tiene zapatillas rotas.
Vivo en un lugar donde el índice de natalidad aumenta día a día, donde hay mas perros que casas. Perdí un 252 y el siguiente tarda en llegar, por lo que estoy aquí escribiendo sentada en la parada del colectivo, mirando, observando, escuchando y pensando en voz alta. Desafortunadamente no tengo mi analógica en mi cartera pero si pudiera sacar una foto, saldría humildad, hambre, ganas de empezar, vagancia, ignorancia, inteligencia, maldad, resignación y esperanza, eso es lo que veo en Billinghurts, un lugar donde no me vio nacer, un lugar donde tengo buenos amigos, donde vive parte de mi familia, donde paso los años nuevos y las navidades, un lugar donde no suelo ir. Vivo a una cuadra y media de una avenida que divide San Martín a Tres de Febrero. Las divisiones acá son muy notorias, caminas cinco cuadras en Billinghurts y las cosas cambian, mi casa se ubica en Billinghurts, pero las veces que vengo son para tomar el 252.
Nací en capital y vivo en provincia, una provincia la cual amo y odio constantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario