Policía policía

En frente un policía federal, viajamos en el tren al costado de la puerta, sus ojos verdes hacia mí. Cualquier cosa que hacía era motivo para un gesto, una mueca, una palabra, o algo para llamar la atención. Un viaje corto de esos que se hacen largos, quería llegar a mi estación, aunque él no, solo miraba, jugaba con su gorra y sacaba su celular, hasta sospeché si me sacó una foto, pensé que tenia unos 30, pero era de esos policías jóvenes un tanto lindo para los que les gustan los policías. Terminé el libro, comí un chocoarroz, saqué la analógica y tardé en comprender que eso no aceleraba el tiempo. No me intimidó más, saqué mi cuaderno y escribí cada movimiento, y él lo sabía y hasta le gustaba me miraba con un aire egocéntrico, eran tantas las ganas de hacerle entender que lo único que nos vinculaba era que ayer fui a ver a el mato a un policía motorizado y básicamente que está al servicio de la comunidad, por lo tanto a mi servicio, pero no era el caso, ni tampoco así lo quería. Se bajó, era lo mejor, había un arma de por medio.

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